jueves, 5 de noviembre de 2020


“ALMA Y EL MOVIMIENTO DE LOS PLANETAS”

(Prof. Javier Tovar.

Enlace para Latinoamérica de Central de El Libro de Mormón).

“…todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo”. (Alma 30:44)

En el año 74 antes de Cristo, el profeta Alma dio un declaración contundente a un hombre que no creía en Dios. Dentro de un diálogo que tuvo con el anticristo llamado Korihor, declaró que los planetas se “movían” en su orden regular.

En el afán de convencer al incrédulo, de que Dios existía, Alma le dijo que una de las señales de la existencia de Dios era "... la tierra  y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, si, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo” (Alma 30: 44).

(Pintura de Elizandro de los Ángeles. "Ante tí, la evidencia").

La anterior declaración está muy clara, Alma utilizó conocimiento astronómico de su época para convencer al incrédulo Korihor de que Dios existía y estaba presente en todos lados. De forma colateral, Alma nos deja entrever  que los nefitas tenían un conocimiento astronómico bastante adelantado.

Lo mas sorprendente de la narración es la fecha en que se dio la declaración; 74 años antes de Cristo. Coincidentemente el conocimiento de los movimientos de los astros fue muy conocido en Mesoamérica desde el Preclásico (2,000 a.C.). Los olmecas construyeron estructuras ceremoniales utilizando la astronomía, los mayas tenían cálculos de los ciclos planetarios, específicamente de Venus. Los teotihuacanos eran expertos en el conocimiento del cielo y las estaciones, pues el trazo de su ciudad fue de Norte a Sur y su pirámide principal, la del Sol, de Este a Oeste. Los aztecas recopilando el conocimiento ancestral de las culturas anteriores, conservaron sus 3 calendarios (solar, ritual, lunar), de manera vigente. 

(Fotografía del observatorio maya conocido como "El Caracol", en Chichen Itzá).

En términos generales y como arriba mencioné, todas las culturas mesoamericanas tenían conocimientos de astronomía desde el año 2,000 a.C.

Aquí, vale la pena citar que los templos antiguos, que hoy llamamos pirámides, tenían dentro su espacio sagrado los observatorios, eso quiere decir que la astronomía y la religión iban ligados fuertemente. Es así que vemos templos religiosos majestuosos y a un lado siempre están los observatorios. Un ejemplo claro es Chichen-Itzá. Este sitio arqueológico aún nos permite ver que el tiempo, la astronomía, y la religión estuvieron ligados fuertemente. Todavía se puede ver en equinoccio de primavera, que la serpiente sagrada, baja en formas de sombras en El Castillo, evidenciando cálculos astronómicos impresionantes.  Además los 365 días están representadas en sus escaleras, pero no solo en Chichen Itzá, también en El Tajín, Xochicalco, etc. La orientación cardinal y los eclipses fueron también un tema de adelanto para la época. 

Por otro lado se menciona que en la historia universal, Nicolás Copérnico (1473-1543), dijo que la Tierra giraba alrededor del Sol, se dice que Galileo Galilei (1564-1642) descubrió que Venus y Mercurio se movían alrededor del Sol y que Johannes Kepler (1571-1613) investigaba sobre las leyes de los movimientos de los planetas. En tanto estos sucedía en Europa, en Mesoamérica ya tenían mas de 2,500 años manejando el tema.

Reitero, mientras en Europa se aceptaba sobre el movimiento de los astros, en Mesoamérica, los olmecas, mayas y otras culturas antiguas, ya sabían del tema, nada mas y nada menos con 2,500 años de anticipación.

Ya sea que el profeta Alma haya hecho su declaración de que los planetas “se movían en su orden regular” (74 años antes de Cristo), dentro del contexto mesoamericano, o bien que haya sido en otro espacio cultural, el hecho contundente es que el conocimiento astronómico lo tuvieron los pueblos originarios de América, antes que los europeos de la ultima parte de la Edad Antigua y la Época Medieval.

En resumen podemos afirmar que el profeta Alma sabía del movimiento de los planetas, desde el año 74 a.C. y por otra parte los mesoamericanos también conocían de dichos movimientos desde el año 2,000 a.C., todo esto quedó evidenciado en las estelas, en los trazos de las ciudades y en los códices prehispánicos que sobrevivieron a la destrucción española.

(Observatorios mesoamericanos dibujados en el Códice Nutall, Selden y Bodleian. De izq. a derecha).

Copérnico, Galileo y Kepler hablaron del movimiento de los planetas desde 1400 a 1600 después de Cristo. Entonces ya no podemos seguir diciendo que el conocimiento astronómico del movimiento planetario llegó con las Conquista de los españoles en 1521.

Templo y observatorios (religión y ciencia), estuvieron ligados en épocas prehispánicas para complementar las enseñanzas que tenían que ver con el origen del mundo y los principios rectores del hombre. 

Alma igualmente utilizó los principios eternos junto con los conocimientos de astronomía, para tratar de convencer al incrédulo Korihor, de las grandes obras de Dios.

Si los hechos del Libro de Mormón se llevaron a cabo en Mesoamérica, tiene mucho sentido que Alma y las culturas mesoamericanas, coincidieron en conocer del "movimiento de los planetas" desde tiempos antiguos (Preclásico).

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