“A UNOS MOSTRÓ SUS MANOS, A OTROS SU COSTADO”.
Prof. Javier Tovar – Central de las Escrituras.
No deja de asombrarme el Libro de Mormón, cada día que pasa me doy cuenta de su valor y de sus significados, no tengo duda alguna que es un Libro Sagrado, sin duda una dádiva de Dios.
Leer 3 Nefi es algo maravilloso y a la vez triste. Maravilloso porque Cristo resucitó y después vino al continente americano, y triste porque habla de la ejecución de nuestro hermano perfecto.
El Libro de Mormón y la Biblia son un testimonio de la obra magna del Redentor.
La Crucifixión del Salvador es un tema que debemos tratar con mucho respeto, porque fue un acto de amor universal. Con esa solemnidad les comento un detalle que es muy importante, por lo menos para mi.
Hace poco estaba viendo un video en un canal de Youtube titulado “Kirk Magleby’s Declassified Book of Mormon Geography Guide”, el tema era de la Geografía del Libro de Mormón. Me gustó mucho el contenido, pero hay algo que me llamó la atención a propósito del Libro de 3 Nefi.
Kirk Magleby dijo que hay un detalle pequeño pero muy significativo en el momento que El Salvador mostró sus heridas, después de su Resurrección.
Se refiere a la variante de la parte del cuerpo del Cristo herido, que mostró tanto a los pobladores de Jerusalén, como a los del continente americano.
Dice la Biblia que una vez resucitado, Cristo le dijo a Tomás lo siguiente:
“ …Pon aquí tu dedo y mira mis manos; y acerca acá tu mano y ponla en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. (Juan 20:27).
Note usted que lo primero que muestra a los judíos son sus manos lastimadas. Incluso le dijo a Tomás que pusiera su dedo alli, justo en sus manos. Después le dijo que pusiera su mano en su costado.
Pero cuando Jesús se presenta en América, cambia la mano por el costado. En esta ocasión, con los nefitas, pide primero que metan sus manos en su costado, posteriormente en sus manos y pies.
“Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo.
“Y aconteció que los de la multitud se adelantaron y metieron las manos en su costado, y palparon las marcas de los clavos en sus manos y en sus pies; y esto hicieron, yendo uno por uno, hasta que todos hubieron llegado; y vieron con los ojos y palparon con las manos, y supieron con certeza, y dieron testimonio de que era él, de quien habían escrito los profetas que había de venir”.(3 Nefi 11:14,15).
¿Porqué en Jerusalén, Jesucristo primero mostró las manos y no el costado como en América?
Esta pregunta podemos contestar sabiendo que el medio de ejecución romana mas horrible, era poner clavos en las manos y en los pies: Crucificando.
En cambio el método más espantoso de sacrificar en la Mesoamérica (conjunto de culturas de México, Guatemala, Honduras, Belice), era la de perforar el costado para extraer el corazón.
A los sacrificados generalmente los ponían en un altar y allí los mataban abriendoles el costado.
El Salvador quiso convencer a los judíos y a los nefitas incrédulos, que había sido sacrificado y que había resucitado y sabiendo que, los judíos estaban familiarizados con el tormento romano de perforar manos y pies, quiso mostrar sus heridas de la mano como testimonio del sacrificio expiatorio. A los americanos primero les mostró su costado.
Para la gente de América, el martirio en manos y pies, como lo acostumbraban los romanos en Jerusalén , no era conocido, más bien era diferente al sacrificio mesoamericano, que se hacía hiriendo el costado para extraer el corazón.
Los mesoamericanos se iban a convencer e impactar mas, viendo y palpando las marcas de su costado que la de sus manos.
En otras palabras: Jesucristo primero mostró sus manos a los judíos y a los mesoamericanos su costado. El propósito era que supieran que era el Mesías esperado, el que iba morir por todos y el que iba resucitar para siempre jamás.
Este detalle, es otro mas, sumado a los otros que existen, de que efectivamente, mesoamérica fue la tierra donde sucedieron los hechos del Libro de Mormón.
Cabe la posibilidad de que no tenga ningun significado el hecho de que Jesucristo haya mencionado primero una parte de su cuerpo resucitado a los judíos y otra diferente a los mesoamericanos, puede ser, pero las citas bíblicas y de los libros sagrados siempre tienen una profundidad en su lectura y éste puede ser el caso. Por eso se los comparto.
Hoy, el logo de nuestra iglesia muestra a nuestro hermano Jesucristo con las heridas de su crucifixión, para recordarnos siempre, que el fue crucificado por nosotros, y para que no olvidemos nunca que gracias a su sacrificio, todos podremos resucitar y ser salvos según nuestros merecimientos.
Bendiciones de lo alto para todos.
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