lunes, 11 de noviembre de 2024

¿LLEGÓ LEHI A MESOAMÉRICA?

Por el Profesor Javier Tovar.


A veces, cuando leemos el Libro de Mormón, nos preguntamos: ¿A qué región llegaron Lehi y su familia?
El Libro narra que un grupo de personas salió de Jerusalén en barco, cruzó el mar y llegó al continente americano. El Señor los guió en todo momento, pero este Libro no menciona el nombre del lugar donde llegaron, sin embargo da una pista de la región. 

Mi amigo Gerardo Ordaz Rodríguez me enfatizó que debía leer cuidadosamente la escritura de 1 Nefi 13:12, explicándome que en su opinión Lehi y su familia habían llegado a Mesoamérica. 

Primero vamos a leer el escrito, ya que es muy interesante, veréis que es maravilloso. Estas son palabras de Nefi, donde en visión vio a una persona cruzando “las muchas aguas” (océano), y donde el Espíritu de Dios descendió y obró sobre él.
 
“Y miré, y vi entre los gentiles a un hombre que fue separado de la descendencia de mis hermanos por las muchas aguas; y vi que el Espíritu de Dios descendió y obró sobre él; y el hombre partió sobre las muchas aguas, sí, hasta la posteridad de mis hermanos que se hallaban en la tierra prometida”. ( 1 Nefi 13:12).

 

(Ilustración del maestro Lizandro de la Paz)

 
A partir de aquí analizaremos brevemente dos cuestiones: 
1. ¿Fue Cristóbal Colón la persona que se encontraba entre los gentiles? ¿El Espíritu descendió y obró sobre él?
2. ¿Fue Mesoamérica donde llegaron Lehi y su familia?

Desde el primer punto sabemos que muchos Santos de los Últimos Días mencionan que:  “el hombre que fue separado de la posteridad de mis (sus) hermanos”… parece haber sido Cristóbal Colón. 

 El presidente Ezra Taft Benson lo mencionó de esta manera, añadiendo incluso: 

“Dios inspiró ‘entre los gentiles a un hombre’ (1 Nefi 13:12), quien, por el Espíritu de Dios, fue guiado a redescubrir la tierra llamada América y así hizo que los pueblos de Europa conocieran esta nueva y rica tierra. Ese hombre, por supuesto, fue Cristóbal Colón, quien testificó que se sintió inspirado por lo que hizo. 

Pero no fue sólo el presidente Benson quien pensó de esta manera, hubo muchos eruditos que dijeron lo mismo. 
El propio Cristóbal Colón sabía que su misión estaba ordenada por Dios:

 “Nuestro Señor”, dijo Colón, “abrió mi mente, me envió al mar y me infundió el fuerte deseo de realizar esa hazaña. Los que oyeron de mi empresa la llamaron tonta, se burlaron y se rieron, pero ¿quién puede dudar que el Espíritu Santo me inspiró?  (Jacob Wasserman, Columbus, Don Quixote of the Seas, págs. 19-20)” (The Teachings of Ezra Taft Benson [1988], pág. 577).

En español la palabra “ wrought upon” extraída de 1 Nefi 13:12, fue traducida como “to work” pero en el contexto inglés se describe mejor como “ to influence ”, así tenemos que la escritura diría: “el Espíritu descendió sobre Cristóbal Colón e “ influyó ” para llegar a donde estaban los descendientes de sus hermanos, los lamanitas.

Otro detalle importante. Observemos atentamente que la Escritura dice: “…Vi entre los gentiles a un hombre” . No dice que vio a un hombre que era gentil, sino más bien que Nefi “vio a un hombre” que estaba entre los gentiles. Esta explicación encaja muy bien porque muchos autores creen que Colón era judío, y de esta manera el escrito no contradice su origen.


Respecto a la segunda pregunta, ¿Fue Mesoamérica, donde llegó Lehi y su familia?, tenemos la siguiente explicación:
Cristóbal Colón, partió del Puerto de Palos de Moguer, España, el 3 de agosto de 1492, la escritura dice en la segunda parte que “…el hombre partió sobre las muchas aguas, sí, hasta la posteridad de mis hermanos que se hallaban en la tierra prometida” (1 Nefi 13:12).

 Notamos que mi subrayado dice que una vez que el Espíritu de Dios estuvo sobre Colón, llegó donde estaban los descendientes de mis hermanos. Ahora bien, si Colón llegó al centro del continente (porque el Espíritu de Dios le dijo que allí estaban los descendientes de los hermanos de Nefi), ¿por qué entonces el Espíritu no lo llevó al norte o al sur del continente americano? Lo llevó al centro, lo que significó que, en esa zona geográfica, encontró personas caribeñas relacionadas con la cultura maya y otros pueblos prehispánicos de la región mesoamericana. 

(Ilustración de los cuatro viajes de Colón a América donde se ilustra que llegó al centro del continente)

Nefi estaba viendo lo que sucedería en el futuro, su visión era 2.000 años antes de que Colón llegara al continente americano, por eso Nefi dice que Cristóbal Colón llegaría “…hasta los descendientes de mis hermanos…”

Cito a Gerardo Ordaz:
 “Como sabemos, Colón llegó a las Antillas. De los 4 viajes que realizó, en el tercero llegó a Centroamérica. El texto dice que encontró a los descendientes de los hermanos de Nefi. Años después, Hernán Cortés entró en Mesoamérica.
Me pareció sumamente interesante su explicación: además me dijo lo siguiente:
“El Espíritu guió a Colón para llegar a este lugar, no fue casualidad. …Mesoamérica fue el núcleo de los descendientes de los hermanos de Nefi. Si no fuera así, el Espíritu de Dios lo habría guiado a América del Norte o América del Sur. Para mí este asunto es sencillo porque así lo dice el texto y no hay forma de refutarlo”. (Comunicación personal).

 

Investigando encontré que hay un autor que presenta un vídeo donde habla igual que Gerardo Ordaz. Daré más detalles sobre el asunto en otra ocasión.

Sin duda alguna el Libro de Mormón es una maravilla divina, sus enseñanzas son asombrosas, no hay duda de su origen divino, y al analizarlo podemos descubrir tesoros espirituales para llenar el alma, y ​​como ya hemos visto, también puede darnos pistas para armar el rompecabezas de su geografía.

Reitero: aquel hombre que salió entre los gentiles, y que el Espíritu de Dios descendió sobre él y lo influenció a viajar a través del océano hasta el centro del continente (Mesoamérica), donde estaban los descendientes de los hermanos de Nefi, fue Cristóbal Colón.

Gracias y hasta la próxima.

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lunes, 21 de octubre de 2024

"EL MESÍAS EN MESOAMÉRICA"

Por el Profesor Javier Tovar 

Conozco a muchas personas que se quedan confundidas o sorprendidas cuando alguien menciona que Jesucristo vino al continente americano después de su “Resurrección”.

Los Santos de los Últimos Días no debemos sorprendernos por una declaración de este tipo, especialmente si tenemos un testimonio de que el Libro de Mormón es verdadero, ya que al tener un conocimiento pleno y verdadero, sabemos perfectamente que El Salvador llegó a tierras americanas, aunque la historia académica de un país lo niegue.

(Pintura de Israel Trejo)

Así que si sabemos que el Libro de Mormón es verdadero, no deberíamos tener ninguna duda de que Cristo vino a América, porque incluso la Biblia lo anunció:

“También tengo otras ovejas que no son de este redil; También a ellas debo traerlas, y oirán mi voz, y serán un solo rebaño y un solo pastor. (Juan 10:16).

El Libro de Mormón menciona que se dieron señales tanto de su muerte como de su resurrección en América. (Helamán 14:20-27).

Cristo vino a América después de su Resurrección. La pregunta es ¿dónde terminó?

Afortunadamente hay investigadores en todo nuestro continente y el mundo que tienen su propia opinión, y eso es como un trabajo multidisciplinario, donde unos investigan por un lado y otros por el otro. Comparto la idea de que el Libro de Mormón tuvo lugar en el Área Mesoamericana.

Se habló mucho aquí del “Dios de túnica blanca y barba” que vino del cielo para estar con los hombres.

El mencionado Dios vestido de blanco que descendió del cielo a la tierra fue llamado “Quetzalcóatl”, que significa “serpiente-quetzal”, o “serpiente emplumada”, dando a entender que la serpiente representa a la tierra y las plumas de quetzal al cielo. Significa: "El dios del cielo que descendió a la Tierra".

Los atributos de la figura representan los atributos de Jesucristo: ejemplo. Las plumas del quetzal. ¿Qué es un hermoso pájaro con una cola larga? Representan la belleza que está en el cielo, como Jesucristo.

El caracol blanco en su pecho es una espiral, que representa la eternidad, que también es representativa de Jesús.

(Quetzalcóatl, Códice Borgia)

La serpiente:

Suena extraño que los mesoamericanos representaran a Jesucristo como una serpiente en Mesoamérica, pero recordemos que también lo representaron de la misma manera en Israel. Lo podemos ver en las escrituras donde el Salvador fue representado como una serpiente de bronce, y colocada en un asta, sanó a todo aquel que la vio:

"Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá." (Números 21:8).

El quetzal.

El otro símbolo que se tomó para representar al “Ser Divino” en Mesoamérica fue el quetzal, una maravillosa ave que tiene una cola de hasta 90 centímetros de largo, que cuando vuela luce magnífica en los cielos. Los dos animalitos se derritieron; La serpiente y el quetzal dan como resultado una “serpiente voladora”: una “serpiente emplumada”.

Cristo llegó a América después de su resurrección y quedaron muchas representaciones arqueológicas e iconográficas del importante acontecimiento.

(Pintura de Israel Trejo)

Hay evidencia de esto en todas partes; Por ejemplo, Fernando Alba Ixtlixochitl menciona que:

Estaban en la mayor prosperidad cuando llegó a esta tierra un hombre al cual llamaban Quetzalcoatl y otros Hueman, por sus grandes virtudes, teniéndole por justo, santo y bueno, enseñándoles con obras y palabras el camino de la virtud y evitando los vicios y pecados, dándoles leyes y buena doctrina; y para apartarlos de sus deleites y de sus deshonestidades, instituyó para ellos el ayuno…

Los mesoamericanos conocían un dios que era justo y bueno y les enseñó la virtud. Sabemos que la bondad y la virtud son atributos de Jesús.

…volvióse ~hacia el mismo rumbo de donde había venido, que era hacia el Oriente, desapareciendo por Coatzacoalcos~' y al despedirse de aquella gente, les dijo que en los tiempos venideros, en un año que se llamaría Ce Ácatl, volvería y entonces su doctrina 'sería recibida, y sus hijos serían señores y poseerían la tierra, y que ellos y sus descendientes pasarían por muchas calamidades y persecuciones; y muchas otras profecías, que después se vieron muy claramente .

Por todas partes hay relatos de la visita del Mesías a este continente. Para muchas personas esta historia puede ser nueva, para otros es muy conocida. Sin duda, hay mucha controversia sobre esto. Pero el Libro de Mormón siempre ha dicho la verdad y nunca ha sido acusado de mentir con bases sólidas.

Los códices están llenos de ejemplos del Dios barbudo que vino a este continente.

Quetzalcoatl era conocido en todo el continente americano. En Mesoamérica, el “Mesías” fue nombrado en diferentes idiomas: Kukulcán entre los mayas, Cocijo entre los zapotecas, y tiempo después lo llamaron “Pecocha”, que significa profeta. (Manuel Martínez Gracida, "La familia del rey Cosijoeza").                  

Los mayas quichés de Guatemala lo llamaban Gucumatz.

Para todas las culturas prehispánicas era el mismo dios con un nombre diferente. El Dios que vino a este continente después de su resurrección, el que descendió del cielo a la “Tierra Prometida”, lo llamaban Quetzalcoatl, sabemos que él era el “Mesías Resucitado”. Toda Mesoamérica lo conocía, por lo que era representado de diferentes maneras: Dios del viento, del agua, del fuego, de la naturaleza, etc.

Como dije antes, el Mesías fue representado como la serpiente voladora, esta representación se puede observar en el hermoso vuelo del quetzal. Volando parece una serpiente voladora.

El quetzal es una maravillosa ave que se reproduce en Mesoamérica, sus plumas eran utilizadas en penachos por los principales gobernantes.

Cada sacerdote de Quetzalcóatl utilizaba plumas de la preciosa ave para significar su divinidad.

Los códices muestran a Quetzalcóatl con plumas de quetzal en la cabeza.

Un acontecimiento de tal magnitud, como la visita de un ser resucitado como Jesucristo a América, no pasó desapercibido, por lo que las culturas mesoamericanas lo inmortalizaron en códices, templos y leyendas.

Incluso durante la Conquista, los mismos españoles se sorprendieron al saber que los pueblos de Mesoamérica esperaban al Dios de ropa y barba blancas.

Me han preguntado por qué existen leyendas o historias de Jesucristo que aparecen en otras partes de nuestro propio continente, insinuando que el Libro de Mormón sucedió en sus países de origen.

Respondo que es muy posible que una vez que Jesucristo apareció en Zarahemla (hipotéticamente pensando que fue en Mesoamérica), pudiera visitar otros países sin ningún problema, ya que incluso mencionó que tenía otras ovejas que debía visitar.

Y no se refería a la misma escritura que está en la Biblia citada arriba, sino que son palabras que cito, ya estando en América. Pocas personas se dan cuenta de la importancia de esta escritura porque la confunden con las palabras que citó estando en Jerusalén, pero la que cito a continuación fue dicha estando en América, lo que significa que se refería a otras ovejas, que no eran de Jerusalén, ni de Mesoamérica (en el caso de ser la tierra del Libro de Mormón, sino que se refería a otros lugares, seguramente Sudamérica y/o Norteamérica, o las Islas del Pacífico:

Y de cierto, de cierto os digo que tengo otras ovejas que no son de esta tierra, ni de la tierra de Jerusalén, ni de ninguna de las partes de la tierra de alrededor donde he estado para ejercer mi ministerio . ” (3 Nefi 16:1)

En resumen, El Libro de Mormón relata la visita de Cristo al continente americano después de su resurrección; este acontecimiento único también quedó registrado en las culturas de Mesoamérica; En códices, en piedra y en leyendas, quedó escrita la visita del Mesías a las culturas prehispánicas de este continente.

Las culturas mesoamericanas lo llamaban Quetzalcóatl, nombre que significa “serpiente emplumada”, para significar los atributos del Dios que bajó del cielo a la Tierra para ministrar a los hombres.

La evidencia del Mesías en nuestro continente está en todas partes, no sólo en textos de cronistas españoles de la época prehispánica, sino también en monolitos, códices, estelas, etc. Es cuestión de saber verlos.

Cristo vino a América y dijo a sus habitantes: “Y de cierto os digo que vosotros sois aquellos de quienes dije: 'Tengo otras ovejas que no son de este redil; a aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un solo rebaño, y un solo pastor.'”

Gracias y hasta la próxima.




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Lecturas consultadas:

“Ehecatl Quetzalcoatl del Horizonte Preclásico”. Página 50.

https://cdigital.uv.mx/.../123456789/3305/1957002P45.pdf...

“Quetzalcóatl en el Clásico”.

https://www.museivaticani.va/.../collez.../quetzalcoatl.html

“El laberinto de Quetzalcóatl”

http://www.scielo.org.mx/pdf/ep/n3/0185-1616-ep-03-61.pdf




lunes, 14 de octubre de 2024

“LOS SACRAMENTOS ENTRE LOS AZTECAS”

Por el Prof. Javier Tovar – De Central de las Escrituras.

Hoy les daré a conocer un tremendo paralelismo que encontré entre el Sagrado Libro de Mormón y una costumbre ancestral azteca, relacionada con la práctica de tomar sacramentos, que los Santos de los Últimos Días conocemos perfectamente, porque la celebramos cada domingo.

Como sabemos, en el Libro de 3 Nefi está una escritura donde relata como Jesucristo, luego de su Resurrección vino a este continente, ministró y enseñó acerca de los sacramentos (pan y agua).

Los sacramentos entre los nefitas.

Una vez que vino a América después de su Resurrección, enseñó como administrar los sacramentos:

Primero mandó a sus apóstoles que le llevaran pan y vino

“Y aconteció que Jesús mandó a sus discípulos que le llevasen pan y vino” (3 Nefi 18:1).

Posteriormente hizo lo que los santos de la Iglesia restaurada hacemos semanalmente, es decir, una vez bendecidos, comemos y bebemos:

“Y cuando los discípulos hubieron llegado con pan y vino, tomó el pan y lo partió y lo bendijo; y dio a los discípulos y les mandó que comiesen”. (3 Nefi 18:3).

Después les explico la razón de hacer esa ordenanza:

“Y haréis esto en memoria de mi cuerpo que os he mostrado. Y será un testimonio al Padre de que siempre os acordáis de mí…”. (3 Nefi 18:7).

Lo mismo sucedió con el vino:

“Y siempre haréis esto por todos los que se arrepientan y se bauticen en mi nombre; y lo haréis en memoria de mi sangre…” (3 Nefi 18:11).

El pan se comería en memoria (o representación) de su cuerpo, y el vino en memoria de su sangre.

Esta enseñanza quedó como mandamiento y costumbre en aquella cultura que la recibió directamente del Salvador, pero con el tiempo vino la apostasía y se olvidó el verdadero objetivo, quedando solo reminiscencias de una ordenanza completa y salvadora.

Los sacramentos entre los aztecas.

Hace mucho tiempo mi compañero Raúl Torres (q.e.p.d.), me comentó que había una relación muy clara entre los sacramentos como lo conocemos hoy en nuestra iglesia, y los sacramentos prehispánicos, específicamente entre los aztecas. Me lo dijo hace mucho tiempo, y ahora puede investigar un poco y encontré bibliografía al respecto.

Resulta que el tiempo había borrado la perfección del mandamiento dado por el Salvador a los nefitas, y ahora los aztecas realizaban la ceremonia de una manera diferente.

Aun así, quedé muy sorprendido al saber que la ordenanza de los sacramentos, se siguió llevando entre los aztecas (a su manera), 1500 años después de que Cristo la enseñara a los nefitas (muy probablemente en tierras mesoamericanas).

En la revista de “Arqueología Mexicana”, se reseña una actividad religiosa entre los aztecas o mexicas, donde hacían una figura humana con amaranto (dulce mexicano con miel o azúcar), y en festividades importantes, se los comían en honor de un dios, generalmente Huitzilopochtli. Aquí la nota bibliográfica:

En las fiestas dedicadas a Huitzilopochtli (Dios de la guerra) … las mujeres elaboraban una figura del dios con tzoalli (amaranto)…los molían, y suponemos que se tostaban muy delicadamente, pues con la harina “muy sutil” se amasaba y forjaba el cuerpo del numen (Dios)... Este proceso seguramente también se utilizaba en la elaboración de imágenes de otras divinidades… los que iban a morir eran alimentados ritualmente con unos tamales “rollizos” (color rojo), de amaranto” (Arqueología Mexicana núm. 138, pp. 26-33.)

Después que la sagrada ordenanza de tomar el pan y el agua, la enseñara Jesucristo a los pobladores de América, con el tiempo se desvirtuó, de tal manera que solo quedaron pedacitos de simbolismos. Por ejemplo, los aztecas hacían una figura humana (estatua, dice el cronista), donde la agregaban al amaranto el color rojo, supongo que, para simbolizar la sangre (y dicho color lo sacaban de un gusano), para que el alimento fuera como el cuerpo y la sangre del dios Huitzilopochtli.

Aquí está la referencia:

Según Alvarado Tezozómoc, Huitzilopochtli, después de una sangrienta batalla, ordenó: “haced de mi propio cuerpo una estatua llena de izcahuitli”, “un gusano o marisco (de lagunas), rojo como sangre”. (Arqueología Mexicana núm. 138, pp. 26-33.)

En otra parte de las crónicas españolas se dice algo que es sumamente relevante:

“... Este mismo religioso dominico (Durán), dice que las representaciones de los dioses hechas con tzoalli (amaranto), eran hechas por gente común, que …ingería las imágenes de tzoalli como un acto de expulsión de males o de prevención, de alianza o renovación. (Arqueología Mexicana núm. 138, pp. 26-33.)

Dice el cronista que comían las figuras con la representación de sus dioses, como un acto de renovación. Imaginen que los aztecas comían el cuerpo de su dios Huitzilopochtli como un acto de alianza y renovación.

La relación es magnífica porque nosotros en la Iglesia Restaurada comemos y bebemos de manera simbólica, el cuerpo y la sangre, representado por del pan y del aguan entre otras cosas para renovar nuestros convenios.

(Representación pictográfica de Huitzilopochtli)

En resumen.

Jesucristo vino a América después de su Resurrección e instituyó los sacramentos utilizando pan y vino, para que una vez bendecido, lo comieran en memoria de su cuerpo, recordando lo que hizo por ellos.

Ese mismo sacramento se perdió con el pasar del tiempo, incluso por la misma apostasía, de tal forma que lo encontramos entre los aztecas, pero de manera tergiversada. Lo rescatable del asunto es que, a pesar de más de 1500 años después de que Cristo lo enseñó a los nefitas, el pueblo azteca, aún celebraban el sacramento del pan, con la figura del cuerpo de su principal dios, hecha de amaranto (conocido también como "alegría), y a veces pintado de color rojo simbolizando la sangre. Lo comían para su renovación y para recordarlo siempre.

Este conocimiento es otro granito de los muchos que hay para mostrar que efectivamente Cristo vino a América, que se enseñaron los sagrados sacramentos y que efectivamente el Libro de Mormón es histórico. Para mí es un paralelismo impresionante que deseo haya sido interesante para ustedes, tanto como lo fue para su servidor.

Quedan pendiente el tema del vino en América en épocas prehispánicas, pero eso lo abordaremos en otro momento.

Gracias y hasta la próxima.


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lunes, 7 de octubre de 2024

"ALMA Y KORIHOR- DIFERENTES VISIONES".
Por Prof. Javier Tovar – Central de las Escrituras.

Estaba analizando el Libro de Mormón y encontré lo que considero un tesoro espiritual; no es tema arqueológico, pero igual puede ser de utilidad.
Anteriormente me preguntaba porque en el Libro de Alma 30, narra que Korihor no podía ver el poder de Dios en lo que lo rodeaba, y hoy volví a pensar en el tema.
Me pregunté ¿por qué razón no podía ver lo que Alma veía claramente?, y esto es lo que encontré:
En una discusión entre Alma y el anticristo Korihor (en el año 76 a.C.), se escribió lo siguiente:
“…si me muestras una señal para que me convenza de que hay un Dios, si, muéstrame que tiene poder, y entonces quedaré convencido de la verdad de tus palabras”. (Alma 30:43).
Korihor, entre otras cosas, negaba la existencia de Dios, pedía señales a Alma, y enseñaba que la Expiación no era cierta, sino que cada hombre en esta vida, a cada uno le tocaba de acuerdo con su habilidad.


Alma le contestó:
“…Ya has tenido bastantes señales; ¿quieres tentar a tu Dios? ¿Dirás: Muéstrame una señal, cuando tienes el testimonio de todos estos tus hermanos, ¿y también de todos los santos profetas? Las Escrituras están delante de ti; “…sí, y todas las cosas indican que hay un Dios, sí, aun la tierra y todo cuanto hay sobre ella, sí, y su movimiento, sí, y también todos los planetas que se mueven en su orden regular testifican que hay un Creador Supremo”. (Alma 30:44).
Seguramente les ha pasado que cuando no estamos viviendo los mandamientos, no podemos ver con claridad las cosas de nuestro alrededor. No podemos ver con detenimiento el cielo, el sol, las nubes. Es más, a veces no vemos nada de lo que nos rodea.
En cambio, cuando tenemos la inspiración del Espíritu Santo, por estar en armonía con Dios, nuestra visión de la vida es maravillosa.
Cuando estamos viviendo el evangelio de Jesucristo, podemos ver la belleza de las montañas, el verdor de los árboles, la forma de las nubes. Podemos incluso maravillarnos por las flores, nuestro espíritu se ensancha de alegría por ver cada detalle de la naturaleza.
Es evidente la diferencia entre ver espiritualmente y ver temporalmente.
Cuando vemos con los ojos espirituales el cielo, los planetas, la luna, las flores, nos da alegría, nuestra mente se aclara hasta podemos sentimos latir más fuerte nuestro corazón. Cuando no tenemos el espíritu, cuando estamos alejados de Dios. Nada tiene significado para nosotros.
Eso le pasó a Korihor , él no tenía el espíritu. El versículo 44 del mismo Libro dice: “…Ya has tenido bastantes señales”. Y Korhior, no podía ver ninguna señal ni las maravillas que lo rodeaban (que eran el testimonio del Dios vivo).
Por otro lado, Alma podía ver claramente el poder divino en dichas creaciones: “…la tierra y todo cuanto hay sobre ella…”. (Alma 30:44).
Ver con ojos espirituales es muy diferente que ver con ojos naturales. Las escrituras de Alma arriba citadas, nos enseña a notar las diferencias.
Korihor ya no podía ver el poder de Dios en las cosas que lo rodeaban, porque estaba cegado y había sido engañado por el diablo, enseñando sus actos inmorales y destructivo.
En cambio, Alma podía ver dicho poder en todo su esplendor, tanto en las montañas, en el giro de los planetas y en todas sus creaciones, porque era un discípulo de Jesucristo.
No cabe duda de que es una enseñanza sencilla, pero magnífica.


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lunes, 23 de septiembre de 2024

“A UNOS MOSTRÓ SUS MANOS, A OTROS SU COSTADO”.

Prof. Javier Tovar – Central de las Escrituras.


No deja de asombrarme el Libro de Mormón, cada día que pasa me doy cuenta de su valor y de sus significados, no tengo duda alguna que es un Libro Sagrado, sin duda una dádiva de Dios.
Leer 3 Nefi es algo maravilloso y a la vez triste. Maravilloso porque Cristo resucitó y después vino al continente americano, y triste porque habla de la ejecución de nuestro hermano perfecto.
El Libro de Mormón y la Biblia son un testimonio de la obra magna del Redentor.
La Crucifixión del Salvador es un tema que debemos tratar con mucho respeto, porque fue un acto de amor universal. Con esa solemnidad les comento un detalle que es muy importante, por lo menos para mi.
Hace poco estaba viendo un video en un canal de Youtube titulado “Kirk Magleby’s Declassified Book of Mormon Geography Guide”, el tema era de la Geografía del Libro de Mormón. Me gustó mucho el contenido, pero hay algo que me llamó la atención a propósito del Libro de 3 Nefi.
Kirk Magleby dijo que hay un detalle pequeño pero muy significativo en el momento que El Salvador mostró sus heridas, después de su Resurrección.
Se refiere a la variante de la parte del cuerpo del Cristo herido, que mostró tanto a los pobladores de Jerusalén, como a los del continente americano.
Dice la Biblia que una vez resucitado, Cristo le dijo a Tomás lo siguiente:
“ …Pon aquí tu dedo y mira mis manos; y acerca acá tu mano y ponla en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. (Juan 20:27).
Note usted que lo primero que muestra a los judíos son sus manos lastimadas. Incluso le dijo a Tomás que pusiera su dedo alli, justo en sus manos. Después le dijo que pusiera su mano en su costado.
Pero cuando Jesús se presenta en América, cambia la mano por el costado. En esta ocasión, con los nefitas, pide primero que metan sus manos en su costado, posteriormente en sus manos y pies.
Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo.
Y aconteció que los de la multitud se adelantaron y metieron las manos en su costado, y palparon las marcas de los clavos en sus manos y en sus pies; y esto hicieron, yendo uno por uno, hasta que todos hubieron llegado; y vieron con los ojos y palparon con las manos, y supieron con certeza, y dieron testimonio de que era él, de quien habían escrito los profetas que había de venir”.(3 Nefi 11:14,15).
¿Porqué en Jerusalén, Jesucristo primero mostró las manos y no el costado como en América?
Esta pregunta podemos contestar sabiendo que el medio de ejecución romana mas horrible, era poner clavos en las manos y en los pies: Crucificando.
En cambio el método más espantoso de sacrificar en la Mesoamérica (conjunto de culturas de México, Guatemala, Honduras, Belice), era la de perforar el costado para extraer el corazón.
A los sacrificados generalmente los ponían en un altar y allí los mataban abriendoles el costado.
El Salvador quiso convencer a los judíos y a los nefitas incrédulos, que había sido sacrificado y que había resucitado y sabiendo que, los judíos estaban familiarizados con el tormento romano de perforar manos y pies, quiso mostrar sus heridas de la mano como testimonio del sacrificio expiatorio. A los americanos primero les mostró su costado.
Para la gente de América, el martirio en manos y pies, como lo acostumbraban los romanos en Jerusalén , no era conocido, más bien era diferente al sacrificio mesoamericano, que se hacía hiriendo el costado para extraer el corazón.
Los mesoamericanos se iban a convencer e impactar mas, viendo y palpando las marcas de su costado que la de sus manos.
En otras palabras: Jesucristo primero mostró sus manos a los judíos y a los mesoamericanos su costado. El propósito era que supieran que era el Mesías esperado, el que iba morir por todos y el que iba resucitar para siempre jamás.
Este detalle, es otro mas, sumado a los otros que existen, de que efectivamente, mesoamérica fue la tierra donde sucedieron los hechos del Libro de Mormón.
Cabe la posibilidad de que no tenga ningun significado el hecho de que Jesucristo haya mencionado primero una parte de su cuerpo resucitado a los judíos y otra diferente a los mesoamericanos, puede ser, pero las citas bíblicas y de los libros sagrados siempre tienen una profundidad en su lectura y éste puede ser el caso. Por eso se los comparto.
Hoy, el logo de nuestra iglesia muestra a nuestro hermano Jesucristo con las heridas de su crucifixión, para recordarnos siempre, que el fue crucificado por nosotros, y para que no olvidemos nunca que gracias a su sacrificio, todos podremos resucitar y ser salvos según nuestros merecimientos.

Bendiciones de lo alto para todos.


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